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En Cali hay un gran número de escuelas de salsa que muestran el sentido de este género y también espectáculos como los de Delirio (en la foto), que han recorrido varios países.
Si algo ha representado a Cali es la salsa, sus escuelas, sus músicos, sus hacedores y forjadores, una cadena que va desde la base de la creación (vestidos, zapatos, medias, tocados, maquillaje, accesorios, pasos, coreografías, entre otros) hasta el gran espectáculo.
Y aún en tiempos de crisis como las que pasa el país, la salsa sigue siendo un sello de una ciudad que acogió el género desde hace más de medio siglo y le dio su propia identidad callejera, barrial, y hasta se inventó un paso, el caleño.